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así como el Islan en el Quijote, en ellos vien explicado el contenido de la obra La Religión en el Quijote. Ademáses importante en este orden el tener a la vista el índie de materias que aparecerá al fina de la obra, en es Indice están enumerados los temas religiosos estudias en la obra cercantina. Algunos de estos emas ya aparecen en el blog en la Categoria algunos temas del Quijote, Es importante leer los comentarios de cada uno de los capítulos, la iglesasia con el dicho con la Iglesia hemos topado amigo Sancho etc., la virginidad, virtudes cristianas
CAPITULO XLIV.Como Sancho Panza fué llevado al Gobierno, y de la extraña aventura que en el castillo sucedió á Don Quixote.
1.-NÚMERO 146.
2.-LOCALIZACIÓN. Cap. 44. Parte II. Pág. 75,76. T.IV
3.-TEXTO.
4.-COMENTARIO.
SANCHO CAMINO DE LA INSULA.
3.-TEXTO
»…y luego prosigue la historia, diciendo, que en acabando de comer Don Quixote el dia que le dió los consejos á Sancho, aquella tarde enviáron á Sancho con mucho acompañamiento al Lugar, que para él habia de ser Insula. Acaeció, pues, que el que le llevaba á cargo era un mayordomo del Duque, muy discreto y muy gracioso, que no puede haber gracia donde no hay discreción, el qual había hecho la persona de la condesa Trifaldi con el donaire que queda referido.
…Digo, pues, que acaeció que así como Sancho vió al tal mayordomo, se le figuró en su rostro el mismo de la Trifaldi, y volviéndose á su señor le dixo: señor ó á mí me ha de llevar el diablo de aquí desde donde estoy, en justo y en creyente, ó vuesa merced me ha de confesar , que el rostro deste mayordomo del Duque, que aquí está, es el mismo de la Dolorida.
Miró Don Quixote atentamente al mayordomo, y habiéndole mirado, dixo á Sancho: no hay para que te lleve el diablo, Sancho ni en justo , ni en creyente, ( que no sé lo que quiere decir) que el rostro de la Dolorida es el del mayordomo; pero no por eso el mayordomo es la Dolorida,.. y no es tiempo ahora de hacer estas averiguaciones, que sería entrarnos en intrincados laberintos.Creeme, amigo, que es menester rogar á nuestro Señor muy de véras que nos libre á los dos de malos hechiceros y de malos encantadores…Salió, en fin, Sancho acompañado de mucha gente, vestido á lo letrado,…
Al despedirse de los Duques, les besó las manos, y tomó la bendición de su señor, que se la dió con lágrimas, y Sancho la recibió con pucheritos.
Dexa, lector amable, ir en paz y enhorabuena al buen Sancho, y espera dos fanegas de risa que te ha de causar el saber como se portó en su cargo, y en tanto atiende á saber lo que le pasó á su amo aquella noche, que si con ello no rieres, por lo menos desplegarás los labios con risa de ximia, porque los sucesos de Don Quixote, ó se han de celebrar con admiración ó con risa.
«Cuéntase pues, que apénas se hubo partido Sancho, quando Don Quixote sintió su soledad , y si le fuera posible revocarle la comision, y quitarle el Gobierno, lo hiciera. Conoció la Duquesa su melancolía, y preguntóle que de que estaba triste, que si era por la ausencia de Sancho, que escuderos, dueñas y doncellas había en su casa que le servirían muy á satisfación de su deseo.
Verdad es, señora mía, respondió Don Quixote, que siento la ausencia de Sancho; pero no es esa la causa principal que me hace parecer que estoy triste, y de los muchos ofrecimientos que Vuestra Excelencia me hace, solamente acepto y escojo el de la voluntad con que se me hacen, y en lo demas suplico á Vuestra Excelencia que dentro de mi aposento consienta y permita que yo solo sea el que me sirva.
En verdad, dixo la duquesa, señor Don Quixote, que no ha de ser así, que le han de servir quatro doncellas de las mías, hermosas como unas flores.
Para mí, respondió Don Quixote, no serán ellas como flores, sino como espinas que me puncen el alma.
Así entrarán ellas en mi aposento, ni cosa que lo parezca, como volar . Si es que vuestra grandeza quiere llevar adelante el hacerme merced, sin yo merecerla, déxeme que yo me las haya conmigo, y que yo me sirva de mis puertas adentro, que yo ponga una muralla en medio de mis deseos, y de mi honestidad: y no quiero perder esta costumbre por la liberalidad que Vuestra Alteza quiere mostrar conmigo: y en resolución, antes dormiré vestido que consentir que nadie me desnude.
No más, no más, señor Don Quixote, replicó la duquesa: Por mí digo que daré órden que ni aun una mosca entre en su estancia, no que una doncella : no soy yo persona que por mí se ha de descabalar la decencia del señor Don Quixote , que según se me ha traslucido, la que mas campea entre sus muchas virtudes, es la de la honestidad…
Viva mil siglos la gran Dulcinea del Toboso, y sea su nombre extendido por toda la redondez de la tierra, pues mereció ser amada de tan valiente y tan honesto caballero,…
Agora bien, señor Don Quijote… la hora de cenar se llega, y el Duque debe de esperar: venga vuesa merced y cenemos, y acostaráse temprano, que el viaje que ayer hizo de Candaya, no fué tan corto, que no haya causado algún molimiento.
»…y en cenando Don Quixote se retiró en su aposento solo, sin consentir que nadie entrase con él á servirle: …Cerró tras sí la puerta, y á la luz de dos velas de cera se desnudó, y al descalzarse, ¡ó desgracia indigna de tal persona! se le soltáron, no suspiros, ni otra cosa que desacreditasen la limpieza de su policía, sino hasta dos docenas de puntos de una media, que quedó hecha celosía…
Aquí exclamó Benengeli, y escribiendo dixo: ¡ó pobreza, pobreza! no sé yo con que razon se movió aquel Poeta Cordobés á llamarte dádiva santa desagradecida: yo, aunque Moro, bien sé por la comunicación que he tenido con Christianos, que la santidad consiste en la caridad, humildad, fe , obediencia y pobreza; pero con todo eso digo, que ha de tener mucho de Dios el que se viniere á contentar con ser pobre, sino es de aquel modo de pobreza, de quien dice uno de sus mayores Santos: tened todas las cosas como si no las tuviésedes, y á esto llaman pobreza de espiritu; pero tu segunda pobreza, ( que eres de la que yo hablo)
LOS AQUJEROS DE LAS MEDIAS MODERNAS.
¿ porque quieres estrellarte con los hidalgos, y bien nacidos, mas que con otra gente? ¿ porque los obligas á dar pantalia á los zapateros, y á que los botones de sus ropillas, unos sean de seda, otros de cerdas, y otros de vidrio? Porque sus cuellos, por la mayor parte, han de ser siempre escarolados y no abiertos con molde? ( y en esto se echará de ver que es antiguo el uso del almidón, y de los cuellos abiertos) y prosiguió: miserable del bien nacido, que va dando pisto á su honra, comiendo mal, y á puerta cerrada, haciendo hipócrita al palillo de dientes, con que sale á la calle despues de no haber comido cosa que le obligue á limpiárselos: miserable de aquel digo, que tiene la honra espantadiza, y piensa que desde una legua se le descubre el remiendo del zapato, el trasudor del sombrero, la hilaza del herreruelo, y la hambre de su estómago. Todo esto se le renovó á Don Quixote en la soltura de sus puntos…»
4.-COMENTARIO.
Sancho, tras ver al mayordomo encargado de llevarle al gobierno de la Insula reconoce en él a la Trifaldi y le dice a Don Quijote que « en justo y en creyente», es decir, de inmediato y en este justo y preciso momento o reconoce en el mayordomo a la Trifaldi, o el diablo se lo ha de llevar de« aquí donde estoy,»
Don Quijote que no quiere entrar en más averiguaciones, intuyendo que tanto Sancho como él han estado sujetos sujetos a las maniobras de los malos hechiceros y encantadores,en los útimos sucesos, han de rogar a Dios que les libre de ellos, tal como se pide en la oración del Padrenuestro:« libranos del malo», pues sólo así dejarán de estar presentes, por lo que no hay para que te lleve el diablo.»
Cual si Don Quijote fuera su padre y Sancho su hijo recibió de él « la bendición,» ya que el cuarto mandamiento de la ley de Dios, tal como es explicado por el pensamiento católico, extiende a los señores los derechos y obligaciones de los padres con sus criados y a éstos, más bien las obligaciones de los hijos con sus señores.
P.- ¿ Cómo se han de portar los amos con los criados ?R.- Como con hijos del mismo Padre, que es Dios, cuidando no menos que sirvan al Señor eterno, que al temporal.P.- ¿Y los criados con los amos? R.- Como quien sirve a Dios en ellos.
Es universal la queja en las poblaciones montadas a la moderna; en los amos, de que no hay criados de confianza, y en los criados, de la crueldad de los amos: unos y otros dejarán de quejar- se, si practican lo que nos enseña JesuCristo.
Pondérense las palabras del Catecismo:
El amo es superior, en virtud del pacto entre él y su criado; pero éste no renuncia a sus derechos de hombre, de católicos y de persona libre; y sólo se obliga a servir en lo que no se opone a sus deberes de hombre, de católico y ciudadano. Sobre el amo está Dios, que es el amo de los amos: y Dios manda que el amo ame a su criado, con quien la caridad le obliga más que con los que no son de casa.
¿Y qué, si el criado o criada son todavía jóvenes, y no están instruidos en la doctrina y prácticas de la Religión? Entonces los amos han de hacer veces de buenos padres. El Apóstol dice que «el amo que no cuida de sus domésticos, es como si hubiera negado la fe, y peor que un infiel», al paso que a los criados dice que «obedezcan con buena voluntad, y sirvan con respeto a sus amos, como si sirvieran al mismo Dios»; porque, en efecto, a Dios sirven, que manda obedecer; y esto, aunque el amo sea altanero y antojadizo, mientras no mande cosas contra Dios. Cuando este caso ocurre, se responde con respetuosa entereza, que antes hay que obedecer a Dios que al hom- bre; y si el amo insiste, se le deja, como se le suele dejar si es tacaño o insufrible.
Por lo demás, las riquezas no autorizan ante el Juez divino la ociosidad, ni en los amos ni en los criados; y los criados superfluos son ocasión de muchos males y pecados.
Los amos buenos fácilmente encuentran o forman buenos sirvientes. El pagarles sin dilación ni mermas, y tratarlos con humanidad, es justicia; como lo es en los sirvientes ser fieles en todo lo que manejan, cumplir exactamente lo que les mandan, no dar mal ejemplo a los hijos de la casa, ni hacerles sombra o favorecerles en sus vicios; pero si además el amo atiende con caridad al bienestar de sus criados, éstos a su vez suelen interesarse por la casa, como si fuera suya.( Cf Explicación del catecismo católico breve y sencilla por el R.P. Ángel María de Arcos . Lección 27: De los deberes domésticos)
El autor prepara al lector para que se regocije, sino con carcajadas sueltas al aire, al menos con la cara de admiración propia de la mona,: »porque los sucesos de Don Quixote, ó se han de celebrar con admiración ó con risa.
La tristeza de Don Quijote tiene una causa doble, siente la ausencia de Sancho y sobre todo es tristeza de amor por Dulcinea, que sigue encantada a la espera de los azotes que por ella ha de darse Sancho.
El texto pone, además, de manifiesto, tal como el autor lo ha expresado por boca de la duquesa, la honestidad de Don Quijote:»que, según se me ha traslucido, la que mas campea entre sus muchas virtudes, es la de la honestidad…» y en verdad que en toda la obra se cuida ésta como una de las características definitorias de su personalidad, tanto más chocante cuanto que en la época había altos personajes de quienes decía Santa Cruz:» que eran muy absolutos en el mandar y muy disolutos en el obrar; las Cortes llegaron a quejarse de lo disoluto de las costumbres, que causa- ban la peste de bubas, y del desorden que había en estos reinos, en varias suertes de reniegos contra Dios; así decian; reniego de tal…, reniego de la crisma que recibí,… pese a …, descreo de tal…; el mismo Carlos V decía a veces: « hi… de pu…Fulano!
Por las Cortes sabiamos que había bígamos: el don Constantino quemado en Sevilla entre otros lo fue y que se usaban matrimonios clandestinos. Las cofradias se gastaban los fondos en comer y banquetear.»
( Cartas de 1537 y 1538. Cit. por Luis Fernández y Fernández de Retana en Historia de España: España en tiempos de Felipe II. T. XIX, pág. 700)
TRASLADO DE LA CORTE A MADRID POR FELIPEII. DIBUJO DE C. MÚJICA.
Pero comparada nuestra Corte con las de Francia e Inglaterra, era un modelo de austeridad y buenas costumbres en tiempo de Felipe II y aun Felipe III; no así en la de Felipe IV, pasan de treinta los hijos espúreos que se le atribuyen» ( Cf. Luis Fernández y Fernández de Retana. Ibidem.) El texto en ésta como en otras muchas ocasiones , refleja y confirma lo anteriormente dicho y además se ve que Don Quijote no guarda la Pragmática de Felipe II de 8 de octubre de 1586 sobre los tratamientos y cortesías, la cual mandaba que :» Al rey debía dársele el título de Señor y lo mismo al príncipe y a los infantes; al prícipe heredero, Su Alteza; Excelencia, Señoría ilustrísima o reverendísima estaban reservados a los cardenales y al prelado toledano; Señoría debía llamar- se a los arzobispos, obispos , grandes de España, presidente de Castilla y a los demás señores. Felipe II fue un gran técnico en cuestión de tratamientos y cortesías; en una ocasión le presentaron un documento para un señor de un lugar de behetría, y dijo: « Vuelvan a escribirlo sin don, porque no puede haberlo en lugar de behetría.»
El don decayó mucho y comenzó a hacerse muy común; el vos era familiar y despectivo; vuestra merced indicaba consideración, y en sentido picaresco se cambiaba en vuesarcé o vuacé. Por este tiempo comenzó a generalizarse el anteponer a los nombres de los campesinos y villanos la palabra tío, y hermano.»( Cf. Ibidem pág. 699.)
No deja de chocar que en medio de esta expresión de sentimientos llenos de ternura en Don Quijote y de reconocimientos por parte de la duquesa, ésta, no desista de continuar con sus burlas instándole a que se acueste pronto para iniciar una nueva.
El poeta cordobés es Juan de Mena quien en el «Laberinto de la fortuna, «llama a la pobreza, santa desagradecida, es decir, virtud poco estimada y honrada.
El autor hace consistir la santidad en un conjunto de virtudes, que en verdad, todas ellas pueden denominarse cristianas en cuanto tienen su raíz en el evangelio.Comienza por la cari- dad : “Os doy un mandamiento nuevo: que os améis los unos a los otros. Que, como yo os he amado, así os améis también vosotros los unos a los otros. En esto conocerán todos que sois discípulos míos: si os tenéis amor los unos a los otros.»( Juan 13,31-35)
Sigue con la humildad:» porque el que se ensalza será humillado y el que se humilla será enaltecido» ( Lucas 14,1-14 )
Después enumera la fe: «Mi hijo es lunático y está muy mal. Muchas veces cae en el fuego, o en el agua. Lo presenté a tus discípulos y no han podido curarlo». -Los discípulos preguntaron a Jesús aparte: -»¿Por qué nosotros no hemos podido curarlo?» -»Por vuestra poca fe, porque si tuvierais fe como un grano de mostaza, le diríais a este monte: Vete de aquí allá, y se trasladaría; nada os sería imposible. Mas esta clase de demonios no puede ser lanzada sino por la oración y el ayuno» (Mateo 17,15).
Sigue la obediencia:» “Todo está cumplido, e inclinando la cabeza entregó el espíritu» (Juan. 19, 30)
Y finalmente la pobreza:»“Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes y dáselo a los pobres… luego sígueme» (Mateo 19, 21).
Tras la enumeración de esas virtudes se detiene en la virtud de la pobreza para decir:»que ha de tener mucho de Dios el que se viniere á contentar con ser pobre,» Con ironía afirma que es fácil ser pobre en el sentido que dice San Pablo :» y los que poseen bienes como si no poseyesen» (1ª Corintios, 7,30,) o en el sentido que afirma San Mateo 5, 1-11 « Bienaventurados los pobres de espíritu porque de ellos es el Reino de los Cielos»
LAS BIENAVENTURANZAS SEGUN SAN LUCAS.
Por ello pasa a describir esa que llama segunda pobreza,de la que él habla, que es pobreza a secas, material, sin matizaciones como dice Lucas: «Bienaventurados los pobres, porque vuestro es el Reino de Dios. Bienaventurados los que tenéis hambre ahora, porque seréis saciados. Bienaventurados los que lloráis ahora, porque reiréis… Pero ¡ay de vosotros, los ricos!, porque habéis recibido vuestro consuelo. ¡Ay de vosotros, los que ahora estáis hartos!, porque tendréis hambre.
¡Ay de los que reís ahora!, porque tendréis aflicción y llanto. ( Lucas 6,20-26), esa es muy propia de los hidalgos pobres que pasan mil estrecheces de todo tipo, en el comer, en el vestir, en el remiendo de sus zapatos… por salvar la honra de su nacimiento. En la época la baja nobleza sufría toda clase de humillaciones por conservar las apariencias.(Cf Manuel Fernandez: « La España del siglo de Oro. Cap.15 La baja nobleza)
Naturalmente que fue al « Moro» Cervantes y al «Hidalgo» Don Miguel a quien :»Todo esto se le renovó… en la soltura de sus puntos…» Un eco del cristocentismo e imitación literal del cristiano de Cristo, enseñado por Osuna, Valdés, Juan de Avila, Teresa de Jesús, Juan de la Cruz,Fray Luis de Granada,Ignacio de Loyola, Erasmo… y tantos otros en la época cervantina.
El capítulo termina con la nueva aventura que le han preparado a Don Quijote: El enamoramiento de Altisidora expresado en un emocionado Romance, cantado al son del arpa y que escuchó Don Quijote y: «dixo entre sí ¡Que tengo que ser tan desdichado andante, que no ha de haber doncella que me mire, que de mí no se enamore!»
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elcuradellugar
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