CAPITULO LXXII. De como Don Quixote y Sancho llegáron á su aldea.
1.-NÚMERO 191.
2.-LOCALIZACIÓN. Cap.72, Parte II. .
3.-TEXTO.
4.-COMENTARIO.
3.-TEXTO.
«Aquel dia y aquella noche caminaron sin sucederles cosa digna de contarse, sino fué, que en ella Sancho acabó su tarea, de que quedó Don Quixote contento sobre modo, y esperaba el dia, por ver si en el camino topaba ya desencantada á Dulcinea su Señora, y siguiendo su camino, no topaba muger ninguna, que no iba á reconocer si era Dulcinea del Toboso, teniendo por infalible no poder mentir las promesas de Merlín.
Con estos pensamientos y deseos subieron una cuesta arriba, desde la qual descubrieron su aldea, la qual vista de Sancho, se hincó de rodillas, y dixo: abre los ojos, deseada patria, y mira que vuelve á tí Sancho Panza tu hijo, sino muy rico, muy bien azotado.
Abre los brazos, y recibe también tu hijo Don Quixote, que si viene vencido de los brazos agenos, viene vencedor de si mismo, que según él me ha dicho es el mayor vencimiento que desearse puede.
«CON ESTO, BAJARON DE LA CUESTA Y SE FUERON A SU PUEBLO»
Dineros llevo, porque si buenos azotes me daban, bien caballero me iba. Déxate desas sandeces, dixo Don Quijote, y vamos con pie derecho á entrar en nuestro Lugar , donde daremos vado á nuestras imaginaciones, y la traza que en la pastoral vida pensamos exercitar. Con esto, bajaron de la cuesta y se fueron a su pueblo»
COMENTARIO.
Comienza el capítulo con la incorporación en la obra, por parte de Cervantes, a Don Alvaro de Tarfe, personaje importante, en el Quijote de Avellaneda, y que Cervantes incorpora para atestiguar contra su autor su falsedad y el secuestro que ha hecho en su obra de sus dos más importantes personajes, trastocándolos y confundiendo su personalidad.
Se narra el encuentro de Don Alvaro con Don Quijote y Sancho, manteniendo entre ellos una amigable y cortés conversación encaminada a lograr de Don Alvaro una confesión de que el Don Quijote y Sancho que él conoce nada tienen que ver con los verdaderos, confesión que logran firme delante de un Alcalde que llegó al mesón donde se encontraban.
Esto acabado los tres partieron del mesón y tras andar un trecho de camino juntos se separaron.
Hemos omitido la relación de toda esa parte del capítulo por no haber encontrado en ella materia relacionada con nuestro trabajo.
El texto reseñado deja a nuestros personajes a las puertas de su Lugar, Sancho alegre, contempla desde una altura, como el pueblo de Israel la tierra prometida, mostrando la alegría de Don Quijote porque Sancho acabó su tarea y esperaba toparse a Dulcinea desencantada,» teniendo por infalible no poder mentir las promesas de Merlín.» y Sancho porque llegaba a su patria, algo rico pero » muy bien azotado», muy bien en los azotes que dio a los árboles, y azotado por las no pocas malandanzas habidas en esta segunda parte.
Sancho afirma : «Abre los brazos, y recibe tambien tu hijo Don Quixote, que si viene vencido de los brazos agenos, viene vencedor de si mismo, que según él me ha dicho es el mayor vencimiento que desearse puede.»
En toda esta segunda parte Sancho ha venido constamente creciendo, en protagonismo, girando en torno a él gran parte de las aventuras vividas por ambos, ha crecido en gracia, en el bien decir …y como hemos visto con un Don Quijote dispuesto a servirle todos los dias que Dios les diere de vida. ( Cf .N 189)
La afirmación de que su amo llega «vencedor de si mismo,» pudiera referirse a cómo ha encajado su derrota, calicándola de «felicísimo triunfo» después de haber reconocido su pecado ( Cf. Nºs 186 y189 ) y siendo capaz de proponer de inmediato una nueva forma de vida, la pastoral en capitulos anteriores indicada, sin menoscabo de su proposito de volver de nuevo a su vida caballeresca.
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