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Cervantes y su deseo de ir a América, el amor, el burro de sancho panza, el clero, el miedo a la Santa Hermandad, el quijote y Cervantes, la Iglesia, la inquisición, la Inquisición en el Quijote, la inquisición española, la mujer, la religión en el Quijote, los comentarios al quijote, los moriscos y su expulsión de España.
CAMINO DE SIERRA MORENA.
CAPÍTTULO XXIII.- DE LO QUE ACONTECIÓ AL FAMOSO DON QUIXOTE EN SIERRA MORENA, QUE FUÉ UNA DE LAS MAS RARAS AVENTURAS QUE EN ESTA HISTORIA SE CUENTAN.
1.-NUMERO 34.
- LOCALIZACIÓN. Cap.23.Parte I.Pág.a 209-215.T.I
3.-TEXTO.
4.-COMENTARIO.
SIERRA MORENA EN LONTANANZA. VAN GOGT.
3.-TEXTO.
«Viéndose tan mal parado Don Quixote, dixo á su escudero: siempre Sancho, lo he oido decir, que hacer el bien á villanos es echar agua en el mar, si yo hubiera creido lo que me dixiste, yo hubiera excusado esta pesadumbre; pero ya hecho, paciencia y escarmentar para desde aqui adelante.
Así escarmentará vuestra merced , respondió Sancho, como yo soy turco; pero pues me dice que si hubiera creido se hubiera escusado este daño, créame ahora, y se escusará otro mayor, porque le hago saber que con la Santa Hermandad no hay usar de caballerías...y sepa que ya me parece,que sus saetas me zumban por los oidos.
JOSÉ ES VENDIDO POR SUS HERMANOS LOS HIJOS DE ISAAC.
.Naturalmente que eres cobarde, Sancho , dixo Don Quixote, pero porque no digas que soy contumaz, y que jamas hago lo que me aconsejas, por esta vezquiero tomar tu consejo, y apartarme de la furia que tanto temes; mas ha de ser con una condición, que jamas en vida ni en muerte has de decir á nadie, que yo me aparté deste peligro de miedo sino por complacer a tus ruegos…y no me repliques mas, que en solo pensar que me aparto y retiro de algun peligro, especialmente deste que parece que lleva algun es, no es, de sombra de miedo, estoy yo por quedarme , y para aguardar aquí solo, no solamente á la Santa Hermandad que dices y temes, sino á los hermanos de las doce Tribus de Israel, y a los siete Mancebos, y á Castor y Pólux, y aun a todos los hermanos y hermandades que hay en el mundo..
Señor que el retirarse no es huir, ni el esperar es cordura…y sígame que el caletre me dice que hemos menester ahora mas los pies que las manos.
PASAMONTE DISPUESTO A ROBAR A SANCHO SU BURRO.
Subió Don Quixote sin replicarle más palabra…se entráron por una parte de Sierra Morena, llevando Sancho la intención de atravesarla toda…y esconderse algunos dias por aquellas asperezas por no ser hallados si la Hermandad los buscase: animóle á esto haber visto que de la refriega de los galeotes se había escapado libre la despensa…, cosa que la juzgó por milagro...pero la suerte fatal , que según opinión de los que no tienen lumbre de la verdadera fe, todo lo guia, guisa y compone á su modo, ordenó que Ginés de Pasamonte…llevado del miedo a la Santa Hermandad acordó de esconderse en aquellas montañas y llevóle su suerte y su miedo á la misma parte donde había llevado á Don Quixote y á Sancho Panza á hora y tiempo que los pudo conocer, y á punto que los dexó dormir: y como siempre los malos son desagradecidos...Gines, que no era ni agradecido ni bien intencionado, acordó de hurtar el asno á Sancho Panza, no curándose de Rocinante por ser prenda tan mala para empeñada, como para vendida.
Dormía Sancho Panza , hurtóle su jumento, y ántes que amaneciese, se halló bien léxos de poder ser hallado…Sanchó lloró la pérdida de, burro a grandes gritos, consolándose con la promesa que le hizo Don Quixote de darle una cédula de cambio para que le diesen tres de cinco que había dexado en su casa…
EL FELIZ HALLADGO DEL BULTO.
En esto, Sancho, alzó los ojos y vió que su amo estaba parado, procurando con la punta del lanzón alzar no sé que bulto que estaba caido en el suelo, por lo qual se dió priesa á llegar á ayudarle…y quando llegó fué á tiempo que alzaba con la punta del lanzón un coxin y una maleta asida a él… mas pesaba tanto que fué necesario que Sancho se apease á tomarlos, y mandóle su amo que viese lo que en la maleta venía…
Por lo roto y podrido de ella vió lo que en ella habia, que eran quatro camisas de delgado de olanda, y en un pañizuelo halló un buen montoncillo de escudos de oro, y asi como los vio dixo: bendito sea todo el cielo que nos ha deparado una aventura que sea de provecho, y buscando mas , halló un librillo de memoria ricamente guarnecido, este le pidió Don Quixote, mandóle que guardase el dinero , y lo tomase para él… mas espérate, veremos si en este librillo de memoria hay alguna cosa escrita…
Abrióle , y lo primero que halló en él escrito…fué un soneto que decia de esta manera:
Ó le falta al amor conocimiento,
Ó le sobra crueldad, ó no es mi pena
Igual á la ocasión que me condena
Al género mas duro de tormento.
Pero si el amor es Dios, es argumento
Que nada ignora, y es razón muy buena
Que un Dios no sea cruel: ¿ pues quien ordena
El terrible dolor que adoro y siento?
Si digo que sois vos, Fili, no acierto.
Que tanto mal en tanto bien no cabe,
Ni me viene del cielo esta ruina.
Presto habré de morir, que es lo mas cierto,
Que al mal de quien la causa no se sabe,
Milagro es acertar la medicina.
( Ni por el soneto ni por una carta que iba en el librillo se podría saber quien sería el dueño de la bolsa. Por eso Sancho insiste a D. Quijote a que no busquen más sobre quien podría ser el dueño de la bolsa que tan pingue ganancia le había proporcionado)
«Bendito sea todo el cielo que nos ha deparado una aventura que sea de provecho…
Á lo que Sancho respondió, harto mejor sería no buscarle, porque si le hallamos, y acaso fuese el dueño del dinero,claro está que lo tengo que restituir, y asi fuera mejor, sin hacer esta inútil diligencia, poseerlo yo con buena fe, hasta que por otra via menos curiosa y diligente pareciera su verdadero señor, y quizá fuera á tiempo que lo hubiera gastado, y entónces el Rey me hacía franco.
Engáñaste en eso,Sancho, respondió Don Quixote, que ya que hemos caido en sospecha de quien es el dueño, casi delante, estamos obligados á buscarle y volvérselos: y quando no le buscásemos, la vehemente sospecha que tenemos de que él lo sea, nos pone ya en tanta culpa como si lo fuese: así que, Sancho amigo, no te dé pena el buscalle, por la que á mi se me quitará si le hallo…».
(El resto del capítulo veintitrés nos cuenta como Don Quijote, ilustrado por un cabrero llegó a encontrarse con el dueño de la maleta y autor del soneto y una carta escrita en el « librillo» que en la maleta estaba: un joven que a veces se mostraba como un loco violento, y otras como cuerdo pacífico.)
El capítulo termina describiéndonos el encuentro con estas palabras:
«El otro, a quien podemos llamar el Roto de la Mala Figura, como á Don Quixote el de la Triste, despues de haberse dexado abrazar, le apartó un poco de sí, y puestas sus manos en los hombros de Don Quixote, le estuvo mirando como que quería ver si le conocia, no ménos admirado quizá de ver la figura, talle y armas de Don Quixote, que Don Quixote lo estaba de verle á él: en resolución, el primero que habló despues del abrazamiento, fué el Roto, y dixo lo que se dirá adelante
UN ARMA MORTAL PROHIBIDA POR LA IGLESIA.
4.-COMENTARIO.
«Echar agua en el mar» es como dar a quien le sobra, de lo que le sobra.Quijote reconoce su equivocación, algo nuevo en él, con la frase: «paciencia y escarmentar » la frase común que se usaba era: «paciencia y barajar».
D. Quijote siguiendo el consejo de Sancho accede a cambiar de rumbo para no encontrarse con la Santa Hermandad, que tenía poder para sentenciar a muerte y la ejecutaba asaeteando al condenado: «que sus saetas me zumban por los oídos» a pesar de acceder al consejo de Sancho Don Quijote muestra su temor a que alguien lo pueda interpretar como miedo, sintiéndose dispuesto a esperar a la Santa Hermandad, «á los hermanos de las doce tribus de Israel», se refiere a los doce hijos de Jacob que dieron pie a la formación de las Tribus, «y a los siete Mancebos», el autor sabeque los siete hermanos eran los Macabeos, de título de uno de los libros del Antiguo Testamento.
La mención de la Santa Hermandad arrastra, por asociación, recuerdos de hermanos famosos:los hermanos de los doce tribus de Israel , que les dieron nombre (Génesis, cap. 59 ) los Macabeosy Cástor y Pólux, gemelos hijos de Leda, transformados en la constelación de Géminis.
RETIRARSE A TIEMPO NO ES HUIR.
Sancho le insiste diciéndole, algo que también le dirá Don Quijote a Sancho: «que el retirarse no es huir» y Don Quijote termina haciéndole caso dando muestras, desde el fracaso de la aventura anterior, de encontrarse en una especie de encrucijada interior, que le va hacer cambiar. En quien se ha producido ya un cambio evidente es en la figura de Sancho.
El texto destaca cómo el miedo a la Santa Hermandad era general, en el siglo XVI.
La organización más temida era la Santa Hermandad, especialmente por el mundo de los pícaros, los campesinos, más que la misma Inquisición, verdadero cuerpo policial formado en la mayoría de los casos por gente corrupta. Guzmán de Alfarache se refiere a ellos como «gentenefanda desalmada y muchos por muy poco juraban contra ti lo que no hiciste».
Una de las armas utilizada por la Santa Hermandad era la ballesta que continuó usándose en el siglo XVI. El Concilio Lateranense de 1139 amenazó con expulsar del seno de la Iglesia a todos aquellos que usasen contra cristianos esa arma. El Papa Inocencio II y sus cardenales la calificaron como artem mortiferam y Deo obidilem: arma mortífera y odiada por Dios. Éste fue, por cierto, el primer caso de la historia donde hubo una reunión que se ocupó de la limitación de armamentos.
Sólo se prohíbe lo que se generaliza, por lo que no cabe ninguna duda de que, por aquel entonces,la ballesta debía tener un éxito importante entre todo tipo de combatientes y cazadores, que para nada se acordaban de las amonestaciones de los clérigos a la hora de matar al vecino con impunidad, dado que se podía hacer a distancia y ocultos.
El que los galeotes no les despojaran de las viandas Sancho lo consideró como un «milagro» en un sentido amplio.
LA SUERTE Y LA FORTUNA FRENTE A LA PROVIDENCIA.
La frase siguiente afirma la existencia de la providencia en contraposición «á los que careciendo de fe llaman a ésta, suerte». La providencia divina todo lo dirige, en este caso ordenó tanto que Pasamonte fuera a esconderse a Sierra Morena y en ella a la misma parte donde habían llegado Don Quijote y Sancho, a quien robó el rucio mientras dormían.
Cervantes unas cuantas líneas más abajo, después de haber hablado del hurto del rucio de Sancho, presenta á este «tras su amo, sentado á la mugeriega sobre su jumento» (pag. 212) en una contradición que en la segunda parte corregirá.
La frase «bendito sea todo el cielo que nos ha deparado una aventura que sea de provecho» es una oración de acción de gracias por el hallazgo; es de Sancho, y se corresponde con el hallazgo de la bolsa con los escudos de oro.
El soneto del librillo dice que si el amor es Dios, esta frase no sólo atribuye a Dios la cualidad de amar , sino que da una definición de Él que lo identifica con el amor.
Por eso Éste no puede ignorar que él está amando, y si Dios lo sabe, es una buena razón decir que Él no sea la causa del mal que siente, ya que Dios no puede ser cruel pues es el Amor sustantivo.
Por ello se pregunta ¿Pues quién ordena el terrible dolor que adoro y siento?, si digo que es mi amada, no acierto a saber que tanto mal en tanto bien ,como es su amada, se esconda, y si del cielo no viene esta ruina, entonces deduzco que pronto he de morir, que el mal cuya causa no se sabe, será milagro encontrarle medicina.
El soneto recuerda las palabras de san Juan: «Dios es amor y el amor es Dios», a este Dios no se le pueden atribuir los males. (1ª Juan. Cap. 4,8-9).
El soneto aparece como anónimo también en el manuscrito 3.985, f 142. Biblioteca Nacional, Madrid.
Después de la lectura, Don Quijote dedujo que se trataba de algún enamorado despreciado y decidió buscarle.
El texto plantea un caso propio de la moral cristiana en relación con los bienes encontrados ; Sancho presenta su solución: «claro está que lo tengo que restituir, y asi fuera mejor, sin hacer esta inútil diligencia, poseerlo yo con buena fe». Don Quijote presenta la suya: «estamos obligados á buscarle y volvérselos: y quando no le buscásemos, la vehemente sospecha que tenemos de que él lo sea, nos pone ya en tanta culpa como si lo fuese».
¿ QUÉ HACER CON EL DINERO QUE UNO SE ENCUENTRA ?
Habría que ver de las dos soluciones cual es la correcta, porque la de Sancho no está tan mal, partiendo de la base de que él está dispuesto a devolver el dinero, sin estar obligado a hacer esta diligencia extraordinaria de buscarle.
La solución de Don Quijote es moralmente la más segura y a ella se atienen, aunque da la impresión que a Don Quijote lo que más le mueve a buscarle es haber descubierto que se trata de un enamorado despreciado.
Ya hemos explicado en el texto como acaba el capítulo , una terminación que se presenta como el inicio del nuevo capítulo.
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