CAPITULO XXV.Donde se apunta la aventura del Rebuzno, y la graciosa del Titiritero con las memorables adivinanzas del mono adivino.
1.-NUMERO 121.
2.-LOCALIZACIÓN.Cap. 25 Parte II. Pág.218 a 222. T.III
3.-TEXTO.
4.-COMENTARIO.
3.-TEXTO.
«No se le cocía el pan á Don Quixote , como suele decirse, hasta oir y saber las maravillas prometidas del hombre condutor de las armas…y sentándose en un poyo, y Don Quixote junto a él, teniendo por Senado y auditorio al primo, al page, á Sancho Panza y al ventero, comenzó á decir desta manera: sabrán vuesas mercedes que en un Lugar que está quatro leguas y media desta venta sucedió que á un Regidor dél,…le faltó un asno, y aunque el tal Regidor hizo las diligencias posibles por hallarle, no fué posible.
Quince días serian pasados, segun es pública voz y fama, que el asno faltaba, quando, estando en la plaza el Regidor perdidoso, otro Regidor del mismo pueblo le dixo: dadme albricias, compadre, que vuestro jumento ha parecido.
Yo os las mando, y buenas , compadre, respondió el otro, pero sepamos donde ha parecido: en el monte, respondió el hallador, le vi esta mañana, …
En resolución, los dos Regidores, á pie y mano á mano, se fueron al monte, y llegando al lugar y sitio donde pensaron hallar el asno, no le hallaron,…
Viendo pues que no parecía, dixo el Regidor que le había visto al otro: mirad compadre , una traza me ha venido al pensamiento, con la qual sin duda alguna podrémos descubrir este animal…: y es que yo sé rebuznar maravillosa- mente, y si vos sabeis algun tanto, dad el hecho por concluido.
¿Algun tanto decis, compadre,? dixo el otro, por Dios que no dé la ventaja á nadie ni aun á los mismos asnos.
UN FAMOSO REGIDOR.
Ahora lo verémos, respondió el Regidor segundo, porque tengo determinado que os vais vos por una parte del monte, y yo por otra, de modo que le rodeemos y andemos todo, y de trecho en trecho rebuznaréis vos, y rebuznaré yo, y no podrá ser menos sino que el asno nos oya y nos responda, si es que está en el monte.
Á lo que respondió el dueño del jumento: digo compadre, que la traza es excelente, y digna de vuestro gran ingenio, y dividiéndose los dos, segun el acuerdo, sucedió, que casi á un mesmo tiempo rebuznáron, y cada uno engañado del rebuzno del otro acudieron á buscarse, pensando que ya el jumento había parecido, y en viéndose, dixo el perdidoso: ¿es posible, compadre, que no fué mi asno el que rebuznó?.
No fué sino yo, respondió el otro. Ahora digo, dixo el dueño, que de vos á un asno, compadre, no hay alguna diferencia, en quanto toca al rebuznar,…
A TODO HAY QUIEN GANE.
Esas alabanzas y encarecimiento, respondió el de la traza, mejor os atañen y tocan á vos que á mí, compadre, que por el Dios que me crió, que podéis dar dos rebuznos de ventaja al mayor y más perito rebuznador del mundo:..
Ahora digo, respondió el dueño, que me tendré y estimaré en más de aquí adelante, y pensaré que sé alguna cosa, pues tengo alguna gracia, que puesto que pensara que rebuzna- ba bien, nunca entendí que llegaba al extremo que decís.
También diré yo ahora, respondió el segundo, que hay raras habilidades perdidas en el mundo, y que son mal empleadas en aque- llos que no saben aprovecharse dellas .
Las nuestras, respondió el dueño, si no es en casos semejantes como el que traemos entre manos, no nos pueden servir en otros, y aun en este plega á Dios que nos sean de provecho.
Esto dicho, se tornaron á dividir y á volver á sus rebuznos, y á cada paso se engañaban y volvían á juntarse, hasta que se dieron por contraseña que para entender que eran ellos, y no el asno , rebuznasen dos veces, una tras otra… mas ¿como había de responder el pobre, y mal logrado, si le halláron en lo mas escondido del bosque comido de lobos?
Y en viéndole, dixo su dueño: ya me maravillaba yo de que él no respondia, pues, á no estar muerto, él rebuznara si nos oyera, ó no fuera asno; pero á trueco de haberos oído rebuznar con tanta gracia, compadre, doy por bien empleado el trabajo que he tenido en buscarle, aunque le he hallado muerto.
EL MONAGUILLO TAMBIÉN CANTA.
En buena mano está, compadre, respondió el otro, pues si bien canta el Abad, no le va en zaga el monacillo . Con esto, desconsolados, y roncos se volvieron á su aldea, adonde contaron á sus amigos, vecinos y conocidos quanto les había acontecido en la busca del asno, exâgerando el uno la gracia del otro en el rebuznar, todo lo qual se supo, y se extendió por los lugares circunvecinos, y el diablo, que no duerme, como es amigo de sembrar y derramar rencillas y discordia por doquiera, levantan- do caramillos en el viento y grandes quimeras de nonada, ordenó, é hizo que las gentes de los otros pueblos, en viendo á alguno de nuestra aldea, rebuznasen , como dándoles en rostro con el rebuzno de nuestros Regidores.
Diéron en ello los muchachos, que fué dar en manos y en bocas de todos los demonios del infierno, y fué cundiendo el rebuzno de en uno en otro pueblo de manera , que son conocidos los naturales del pueblo del rebuzno como son conocidos y diferencia- dos los negros de los blancos: y ha llegado á tanto la desgracia desta burla, que muchas veces con mano armada y formado escuadron han salido contra los burladores los burlados á darse la batalla, sin poderlo remediar Rey ni Roque , ni temor ni vergüenza.
Yo creo que mañana, ó esotro día han de salir en campaña los de mi pueblo, que son los del rebuzno, contra otro lugar que está á dos leguas del nuestro, que es uno de los que más nos persiguen, y por salir bien apercebidos, llevo compradas estas lanzas y alabardas que habeis visto. Y estas son las maravillas que dixe que os había de contar, y si no os lo han parecido, no sé otras.
Y con esto dió fin á su plática el buen hombre: y en esto entró por la puerta de la venta un hombre todo vestido de camuza, medias, greguescos y jubón, y con voz levantada dixo: señor huésped, ¿hay posada? que viene aquí el mono adivino y el retablo de la libertad de Melisendra.
Cuerpo de tal, dixo el ventero, que aquí está el señor Maese Pedro, buena noche se nos apareja…Y el ventero prosiguió diciendo: sea bien venido vuestra merced, señor Maese Pedro¿adonde está el mono y el retablo, que no los veo?
Ya llegan cerca, respondió el todo camuza , sino que yo me he adelantado, á saber si hay posada. Al mismo Duque de Alba se la quitara para dársela al señor Maese Pedro, respondió el ventero: llegue el mono y el retablo, que gente hay esta noche en la venta que pagará el verle, y las habilidades del mono…
EL RETABLO DE MAESE PEDRO.
Preguntó luego Don Quixote al ventero que Maese Pedro era aquel, y que retablo, y que mono traía. Á lo que respondió el ventero: este es un famoso titerero, que ha muchos días que anda…enseñando un retablo de la libertad de Melisendra, rara habilidad que se vió entre monos, ni se imaginó entre hombres: porque, si le preguntan algo, está atento á lo que le preguntan, y luego salta sobre los hombros de su amo , llegándosele al oido le dice la respuesta de lo que le preguntan, y Maese Pedro la declara luego,… de modo que nos hace creer que tiene el diablo en el cuerpo…
GOYA PUDIERA SERVIR PARA RECORDAR A MAESE PEDRO.
En esto volvió el tal Maese Pedro, y en una carreta venia el retablo y el mono,…y así en tanto que Maese Pedro acomodaba el retablo, se retiró Don Quixote con Sancho á un rincón de la caballeriza, donde sin ser oídos de nadie le dixo: mira, Sancho, yo he considerado bien la extraña habilidad deste mono, y hallo por mi cuenta, que sin duda este Maese Pedro su amo debe de tener hecho pacto tácito ó expreso con el demonio. Si el patio es espeso y del demonio, dixo Sancho, sin duda debe de ser muy sucio patio pero ¿de que provecho le es al tal Maese Pedro tener esos patios?
No me entiendes, Sancho, no quiero decir sino que debe de tener hecho algun concierto con el demonio de que infunda esa habilidad en el mono , con que gane de comer, y despues que esté rico le dará su alma, que es lo que este universal enemigo pretende: y háceme creer esto el ver que el mono no responde sino á las cosas pasadas, ó presentes, y la sabiduría del diablo no se puede extender á mas, que las por venir no las sabe, si no es por conjeturas, y no todas veces, que á solo Dios está reservado conocer los tiempos y los momentos , y para él no hay pasado ni porvenir, que todo es presen- te: y siendo esto así, como lo es, está claro, que este mono habla con el estilo del diablo, y estoy maravillado, como no le han acusado al Santo Oficio, y examinâdole y sacádole de cuajo en virtud de quién adivina, porque cierto está que este mono no es astrólogo, ni su amo ni él alzan ni saben alzar estas figuras que llaman judiciarias que tanto ahora se usan en España, que no hay mugercilla, ni page, ni zapatero de viejo que no presuma de alzar una figura, como si fuera una sota de naypes del suelo , echando á perder con sus mentiras é ignorancias la verdad maravillosa de la ciencia ..
.Con todo eso, querría, dixo Sancho, que vuestra merced dixese á Maese Pedro, preguntase á su mono si es verdad lo que á vuestra merced le pasó en la cueva de Montesinos, que yo para mí tengo, con perdón de vuestra merced, que todo fué embeleco y mentira, ó por lo menos cosas soñadas.
Todo podría ser, respondió Don Quixote; pero yo haré lo que me aconsejas, puesto que me ha de quedar un no sé que de escrúpulo. Estando en esto, llegó Maese Pedro á buscar á Don Quixote …Don Quixote le comunicó su pensamiento, y le rogó preguntase luego á su mono le dixese, si ciertas cosas que había pasado en la cueva de Montesinos habían sido soñadas, ó verdaderas, porque á él le parecía que tenían de todo.
EL MONO SALTARÁ DEL PALO AL HOMBRO DE MAESE PEDRO.
Á lo que Maese Pedro, sin responder palabra, volvió á traer el mono, y puesto delante de Don Quixote y de Sancho, dixo: mirad, señor mono, que este caballero quiere saber, si ciertas cosas que le pasaron en una cueva, llamada de Montesinos, si fueron falsas, ó verdaderas, y haciéndole la acostumbrada señal, el mono se le subió en el hombro izquierdo, y hablándole al parecer en el oido, dixo luego Maese Pedro: el mono dice, que parte de las cosas que vuesa merced vió, ó pasó en la dicha cueva, son falsas, y parte verisímiles,…
¿No lo decía yo, dixo Sancho, que no se me podia asentar que todo lo que vuesa merced, señor mío, ha dicho de los acontecimientos de la cueva era verdad, ni aun la mitad?
Los sucesos lo dirán, Sancho, respondió Don Quixote, que el tiempo, descubridor de todas las cosas , no se dexa ninguna que no la saque á la luz del sol, aunque esté escondida en los senos de la tierra, y por ahora baste esto, y vámonos á ver el retablo del buen Maese Pedro, que para mí tengo que debe de tener alguna novedad.
¿Como alguna?, respondió Maese Pedro, sesenta mil encierra en sí este mi retablo: dígole á vuesa merced, mi señor Don Quixote, que es una de las cosas mas de ver que hoy tiene el mundo, y operibus credite, et non verbis, y manos á labor, que se hace tarde, y tenemos mucho que hacer, y que decir, y que mostrar.»
EL BURRO MUERTO DE RISA.
4.-COMENTARIO.
Queda iniciada la aventura del rebuzno y pocas son las alusiones religiosas, aunque no faltan; ahí quedan subrayadas exclamaciones que tienen a Dios por centro, al diablo que no duerme, aunque « á veces duerme», ( Cf. Nº.21), a los demonios, al abad y al monaguillo…
Ya se ve como se señala reiteradamente la presencia del diablo en la vida humana; es en este aspecto, cual otro «dios», interviniendo en las más variadas y hasta insignificantes acciones de la vida del hombre, aqui es quien ha sembrado la discordia entre los pueblos moviendo a los muchachos a burlarse de sus vecinos, los del pueblo del rebuzno.
Destacar como se consideraba por parte de villanos y pícaros una prestigiosa habilidad el saber rebuznar. Cervantes dice a este respecto en el Coloquio de los perros: «Apode el truhán, juegue de manos y voltee el histrión, rebuzne el pícaro…, y no lo quiera hacer el hombre principal, a quien ninguna habilidad destas le puede dar crédito ni nombre honroso»( Folio 247 v. )
Los « concejales», sin embargo se congratulan de ella: «También diré yo ahora, respondió el segundo, que hay raras habilidades perdidas en el mundo y que son mal empleadas en aquellos que no saben aprovecharse dellas.»
La historia del rebuzno pone de manifiesto una antigua realidad de enfrentamientos entre lugares y pueblos vecinos por las más diversas causas: reparto de tierras, pastos, uso del agua, pasos de ganado…No faltan enfrentamientos motivados por causas religiosas, entre el clero secular y regular por motivos jurisdicinales, entre villas por patronazgos de santos, o por el paso de procesio- nes por territorios vecinos… obviando aquí las luchas entre las tres religiones que darian pie a la constitucción de la Inquisición española, o las luchas religiosas europeas, especialmente, a partir de la reforma protestante.
El texto comienza con un: « Cuerpo de tal», expresión, usada en este caso, por el ventero que manifiesta su alegría por la presencia de Maese Pedro. y que relacionada con la Eucaristia es un «voto».
Sigue después todo lo relacionado con el mono a través de cuyas habilidades y por boca de
Don Quijote, Cervantes da a conocer una creencia, que en su tiempo ya estaba en declive, pero que aún perduraba, proveniente de la Alta Edad Media: la creencia en la brujería.
El concepto de brujería terminó por perfilarse en el siglo IX incluyendo cuatro elementos fundamentales: el pacto con el diablo, el aquelarre, el vuelo y la metamorfosis.
De estos elemen-tos, el pacto con el diablo era el principal, los otros una consecuencia del mismo: el pacto, fue el que aportaría la base para la definición del delito de brujeria a la vez que vinculó la magia maléfica con el culto del diablo; en los pactos, el brujo o la bruja, hacia una especie de contrato con el diablo por el que éste se obligaba a proporcionar poderes y bienes terrenales, a cambio de servicios y poder disponer del alma del brujo después de la muerte.
La idea del pacto es antigua y aunque se encuentra en algunos santos padres, especialmente en San Agustín,- el Malleus maleficarum la recoge con estas palabras:» Nam quia secundum Augustinum in libro de natura Daemonum assignantur VII causae, unde etiam probabiliter coniecturant futura contingentia non quod illa scire certitudinaliter valeant»,:» ya que según Agustín en el libro de la naturaleza de los Demonios se asignan siete causas, de ahí que también, probablemente los demonios puedan hacer conjeturas sobre el futuro, aunque no puedan conocerlo con certeza» (Malleus maleficarum, II, I, 2) , esta obra no se difundió por Europa Occidental hasta el siglo IX.
La Iglesia, en sus origenes, mantuvo una actitud de incredulidad y escepticismo frente a la brujería, San Bonifacio, en el siglo VIII afirmaba: «no es digno de un cristiano creer en brujas» de la misma opinión era el Canon Episcopi, que negaba la posibilidad de los vuelos nocturnos para someterse a la diosa Diana, pero el papa Juan XXII en la bula Super Illius Specula (1326) dio categoria de herejia a la brujeria, y a partir de ahí el magisterio de la Iglesia continuó confirmando la existencia de la misma.
Inocencio VII publicó en 1484 la bula Sumis Desiderantis Affectibus y autorizaba la redacción y publicación del Malleus Maleficarum. Éste fue redactado por dos dominicos, Heinrich Kramer y Jacob Sprenger, se publicó por primera vez en 1486 y se reinprimió en treinta ocasiones antes del 1520, dando publicidad a la brujeria y base ideológica para la «caza de brujas.»
Posteriormente otras condenaciones del magisterio de la Iglesia se centrarían en la condena de todo lo relacionado con el culto al demonio, espiritismo, magia negra, como formas de supersti- ción, por ejemplo Sixto V con la Bula Coeli et terrae, 5 de mayo de 1586; condena que se reitera con Gregorio XV en 1623, y Urbano VIII en 1631.( Cf.J. Caro Baroja: “De nuevo sobre la historia de la brujería (1609-1619)”, Príncipe de Viana 56:206 (1995),R. García Carcel: “¿Brujería o brujerías?”, Historia 16 136 (1987 Gran Enciclopedia Rialp.Art. Superstición:)
Don Quijote expresa su creencia en que las habilidades del mono tienen su origen en un pacto que su dueño tiene con el diablo, aunque Cervantes, se burla de la existencia de tal pacto dejando translucir su opinión por boca de Sancho.:»Si el patio es espeso y del demonio,dixo Sancho, sin duda debe de ser muy sucio patio pero ¿de que provecho le es al tal Maese Pedro tener esos patios?»
Hay otra realidad a la que alude el texto: las «figuras que llaman judiciarias que tanto ahora se usan en España, que no hay mugercilla, ni page, ni zapatero de viejo que no presuma de alzar una figura, como si fuera una sota de naipes del suelo , echando á perder con sus mentiras é ignorancias la verdad maravillosa de la ciencia.»
Las « figuras judiciarias» eran cartas astrales para crear e interpretar el horóscopo.
Alude también a la costumbre de averiguar el porvenir por medio de los naipes. Don Quijote las rechaza porque echan « á perder con sus mentiras é ignorancias la verdad maravillosa de la ciencia» de la Astrología.
A lo largo del texto aparecen tres citas bíblicas: 1ª.-»que á solo Dios está reservado conocer los tiempos y los momentos»» No ostoca a vosotros conocer los tiempos y los momentos que el Padre puso bajo su poder» (Hechos, I, 7). 2ª:.-«Los sucesos lo dirán, Sancho, respondió Don Quijote, que el tiempo, descubridor de todas las cosas , no se dexa ninguna que no la saque á la luz del sol, aunque esté escondida en los senos de la tierra,» »nada hay encubierto que no llegue a descubrirse ; nada hay escondido que no llegue a saberse»( Mateo 10,26)3ª.-» y operibus credite, et non verbis,» « creed a las obras y no a las palabras» (Juan, 10, 38).
Finalmente Don Quijote expresa su finura de conciencia afirmando que:»me ha de quedar un no sé que de escrúpulo» de participar entre en el pacto entre Maese Pedro y el diablo..
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