CAPITULO XI. DE LO QUE SUCEDIÓ Á DON QUIXOTE CON UNO CABREROS.
1.-NÚMERO 15.
2.-LOCALIZACION. Cap 11 ParteI pág. 75 a 83. T.I
3.-TEXTO.
4.-COMENTARIO.
DON QUIJOTE Y SANCHO ACOGIDOS POR LOS CABREROS.
3.-TEXTO.-
«Fué recogido de los cabreros con buen ánimo,… habiendo primero con groseras ceremonias rogado á Don Quixote que se sentase sobre un dornajo que vuelto del reves le pusieron. Sentóse Don Quixote, y quedábase Sancho en pie para servirle la copa, que era hecha de cuerno.
SANCHO EXALTADO COMO CABALLERO
Viéndole en pie su amo, le dixo: para que veas ,Sancho, el bien que en si encierra la caballería andante, y quan á pique están los que en qualquiera ministerio della se exercitan, de venir brevemente á ser honrados y estimados del mundo, quiero que aquí á mi lado, y en compañía desta buena gente te sientes, y que seas una misma cosa conmigo, que soy tu amo y señor natural, que comas en mi plato y bebas por donde yo bebiere: porque de la caballeria andante se puede decir los mismo que del amor se dice, que todas las cosas iguala...¡
Gran merced ! dixo Sancho, pero sé decir á vuestra merced, que como yo tuviese bien de comer, tan bien y mejor me lo comería en pie y á mis solas como sentado á par de un Emperador…Asi que, señor mio,estas honras que vuestra merced quiere darme, por ser ministro y adherente de la caballeria andante, como lo soy siendo su escudero de vuestra merced, conviértalas en otras cosas que me sean de mas cómodo y provecho…Con todo eso te has de sentar, porque á quien se humilla Dios ensalza, y asiéndole del brazo, le forzó á que se sentase junto a él….
DICHOSA EDAD Y DICHOSOS SIGLOS…
Acabado el servicio de carne…Despues que Don Quixote hubo bien satisfecho su estómago, tomó un puño de bellotas en la mano, y mirándolas atentamente, soltó la voz á semejantes razones: dichosa edad y siglos dichosos, aquellos á quien los antiguos pusieron nombre de dorados, y no porque en ellos el oro, que en nuestra edad de hierro tanto estima, se alcanzase en aquella venturosa sin fatiga alguna, sino porque entónces los que en ella vivian, ignoraban estas dos palabras de tuyo y mio.
Eran en aquella santa edad todas las cosas comunes:..Todo era paz entónces, todo amistad, todo concordia:...Entonces se decoraban los concetos amorosos del alma simple y sencillamente…No había la fraude , el engaño ni la malicia mezcládose con la verdad y llaneza.
La justicia se estaba en sus proprios términos, sin que la osasen turbar ni ofender los del favor y los del interese, …La ley del encaxe aun no se había sentado en el entendimiento del juez, porque entónces no había que juzgar ni quien fuese juzgado .
LAS RECATADAS DONCELLAS .
Las doncellas y la honestidad andaban, como tengo dicho, por dondequiera, sola y señera, sin temor que la agena desenvoltura y lascivo intento las menoscabasen ,..
.Y agora, en estos nuestros detestables siglos, no está segura ninguna,…porque allí, por los resquicios ó por el ayre, con el zelo de la maldita solicitud, se les entra la amorosa pestilencia y les hace dar con todo su recogimiento al traste . Para cuya seguridad, andando mas los tiempos y creciendo mas la malicia, se instituyó la orden de los caballeros andantes, para defender las doncellas, amparar las viudas y socorrer á los huérfanos y á los menesterosos. Desta orden soy yo, hermanos cabreros, á quien agradezco el agasajo y buen acogimiento que haceis á mí y á mi escudero…» respondió Sancho»
MINISTROS Y MINISTERIOS VARIOS.
4.-COMENTARIO
La primera parte del texto intenta colocarnos en una situación evangélica, por un lado comienza por decirle a Sancho: «quan á pique están los que en qualquiera ministerio della se exercitan de venir brevemente á ser honrados» utiliza la palabra ministerio que nos hace pensar en los discípulos de Jesús.
«Vosotros me llamáis Maestro, y Señor: y decís bien; porque lo soy, pues si yo, el Señor y el Maestro, he lavado vuestros pies…», «vosotros sois mis amigos…». (cf. Juan 14,13-14; 15,15).
Posteriomente le expresa su deseo de que sea una misma cosa «conmigo, que soy tu amo y señor natural:, que comas en mi plato y bebas por donde yo bebiere: porque de la caballeria andante se puede decir los mismo que del amor se dice, que todas las cosas iguala», que nos transporta a la última cena de Jesús con sus discípulos. La referencia al amor que a todos iguala nos recuerda la narración de san Juan y el lavatorio de los pies de los discípulos: «Vosotros me llamáis Maestro, y Señor: y decís bien; porque lo soy, pues si yo, el Señor y el Maestro, he lavado vuestros pies…», «vosotros sois mis amigos…». (cf. Juan 14,13-14; 15,15).
La negativa de Sancho a sentarse junto a su amo, sugiere la negativa de Pedro a dejarse lavar los pies por Jesus.
Sancho que admite participar del ministerio caballeresco pide, quizá como los discípulos de Jesús, algo de más provecho y sustancia». «Nosotros lo hemos dejado todo por seguirte , dicen los discípulos a Jesús, Este les promete que juzgarán a los doce tribus de Israel, pero antes les pregunta Sancho que admite participar del ministerio caballeresco pide, quizá como los discípulos de Jesús,
algo de más provecho y sustancia». «Nosotros lo hemos dejado todo por seguirte , dicen los discípulos a Jesús, Este les promete que juzgarán a los doce tribus de Israel, pero antes les pregunta Don Quijote le dice que eso requiere la humildad, «porque á quien se humilla Dios ensalza», para posteriormente ser ensalzado (cf. Lucas 14,11) obligándole a sentarse junto a él.
UNA NUEVA EDAD DORADA.
Cenaron juntos y terminada la cena, da la impresión de que el autor continua parodiando la última cena del Señor, introduciendo el discurso de la edad dorada, en la describe un conjunto de comportamientos humanos que pretenden ser un trasunto del reino de Dios, llega a llamar Santa edad a la edad dorada.
Cierto que el tópico de tal edad estaba incorporado en los ciclos caballerescosy pastoriles, pero Cervantes no ha dejado de ambientar todo el pasaje con referencias bíblicas.
Al final del discurso termina justificando la existencia de la andante caballería, «para defender las doncellas, amparar las viudas y socorrer á los huérfanos y á los menesterosos. Desta orden soy yo, hermanos cabreros, á quien agradezco el agasajo y buen acogimiento que haceis á mí y á mi escudero».
El capítulo termina con el canto de Antonio, un cabrero compañero de los demás que acaba de llegar a quien invitan a que toque cante para agasajar a Don Quijote. Terminado el canto de Antonio «Don Quixote le rogó que algo más cantase, no lo consintió Sancho…Ya entiendo, Sancho, le respondió Don Quixote, que bien se trasluce que las visitas del zaque piden mas recompensa de sueño que de música. A todos nos sabe bien, bendito sea Dios, repondió Sancho».
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