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CAPITULO L.Donde se declara quien fuéron los encantadores y verdugos que azotaron á la dueña, y pellizcáron y arañaron á Don Quixote, con el suceso que tuvo el page que llevó la carta á Teresa Sancha , muger de Sancho Panza.

1.-NÚMERO 158.

2.-LOCALIZACIÓN. Cap. 50. Parte II Pág. 137 a 143. T.IV

3.-TEXTO .

4.-COMENTARIO.

SANCHICA CONDUCE AL PAGE A CASA DE SU MADRE.

 3.-TEXTO.

 “… la Duquesa prosiguiendo con su intención de burlarse y recibir pasatiempo con Don Quixote, despachó a un page…con una carta para Teresa Panza de su marido , y con otra suya, y con una sarta de corales ricos y presentados.

Dice, pues, la historia, que el page era muy discreto y agudo, y con deseo de servir á sus señores partió de muy buena gana al Lugar de Sancho…y antes de entrar en él vió en un arroyo estar lavando cantidad de mugeres, á quien preguntó si le sabrían decir si en aquel lugar vivía una muger llamada Teresa Panza, …á cuya pregunta se levantó en pie una mozuela que estaba lavando y dixo: venga vuesa merced, que á la entrada del pueblo está nuestra casa, y mi madre en ella, con harta pena por no haber sabido muchos días ha de mi señor padre.

Pues yo se las llevo tan buenas, dixo el page que tiene que dar bien gracias á Dios por ellas. .Finalmente, saltando, corriendo y brincando, llegó al pueblo la muchacha, y antes de entrar en su casa dixo á voces desde la puerta: salga, madre Teresa, salga, salga, que viene aquí un señor que trae cartas y otras cosas de mi buen padre

EL PAGE PUESTO DE HINOJOS ANTE LA SEÑORA TERESA.

¿Que es esto, niña? ¿Que señor es este? Es un servidor de mi señora doña Teresa Panza respondió el page. Y, diciendo y haciendo, se arrojó del caballo y se fué con mucha humildad á poner de hinojos ante la señora Teresa, diciendo: Déme vuestra merced sus manos, mi señora doña Teresa, bien así como muger legítima y particular del señor Don Sancho Panza, Gobernador propio de la ínsula Barataria.

¡Ay, señor mío, quítese de ahí, no haga eso, respondió Teresa, que yo no soy nada palaciega, sino una pobre labradora, hija de un estripaterrones y muger de un escudero andante, y no de Gobernador alguno.

Vuesa merced, respondió el paje, es muger dignísima de un Gobernador archidignísimo, y para prueba desta verdad reciba vuesa merced esta carta y este presente.Y sacó al instante de la faldriquera una sarta de corales con extremos de oro , y se la echó al cuello y dixo: esta carta es del señor Gobernador, y otra que traigo y estos corales son de mi señora la Duquesa, que á vuestra merced me envía…

Léamela vuesa merced, señor gentilhombre dixo Teresa, porque, aunque yo sé hilar, no sé leer migaxa…Y, así, se la leyó toda, que por quedar ya referida no se pone aquí, y luego sacó otra de la duquesa, que decía desta manera:

Amiga Teresa…doy muchas gracias al Cielo de no haberme engañado en haberle escogido para el tal gobierno…porque quiero que sepa la señora Teresa que con dificultad se halla un buen Gobernador en el mundo, y tal me haga á mí Dios, como Sancho Gobierna…tiempo vendrá en que nos conozcamos, y nos comuniquemos, y Dios sabe lo que será...no tiene que hacer mas que bo- quear, que su boca será medida: y Dios me la guarde…

La Duquesa.

INTERIOR DE LA IGLESIA DEL TOBOSO DONDE LAS HIDALGAS NO DEJAN NI QUE LES TOQUE EL VIENTO.

Ay! dixo Teresa en oyendo la carta, y que buena y que llana y que humilde señora: con estas tales señoras me entierren á mí, y no las hidalgas que en este pueblo se usan, que piensan que por ser hidalgas no las ha de tocar el viento, y van á la Iglesia con tanta fantasía como si fuesen las mismas Reynas que no parece que tienen á deshonra el mirar á una labradora, y veis aqui donde esta buena señora, con ser Duquesa, me llama amiga, y me trata como si fuera su igual, que igual la vea yo con el mas alto campanario que hay en la Mancha:…

Salióse en esto Teresa fuera de casa con las cartas y las sarta al cuello…y encontrándose acaso con el Cura y Sansón Carrasco, comenzó á baylar y á decir: a fé que agora que no hay pariente pobre , Gobiernito tenemos…

TERESA LUCIENDO EL ROSARIO QUE LE ENVIÓ LA DUQUESA.

¿Que es esto, Teresa Panza?¿ que locuras son estas , y que papeles son esos? No es locura, sino estas son cartas de Duquesas y Gobernadores, y estos que traigo al cuello son corales finos las Ave Marías , y los Padres nuestros son de oro de martillo, y yo soy Gobernadora.

De Dios en ayuso no os entendemos, Teresa, ni sabemos lo que os decis.

Ahí lo podrán ver ellos, respondió Teresa, y dióle la cartas…y preguntó el Bachiller que quien había traido las cartas.

Respondió Teresa que se viniensen con ella á su casa.. , dixo entónces Carrasco, vamos aver al portador deste plego, que dél nos informaremos de las dificultades que ofrecen.

ASI SE IMAGINA SANCHICA QUE IRIA VESTIDO SU PADRE.

Hiciéronlo así, y volviose Teresa con ellos …Ay Dios mio!, replicó Sanchica y que será de ver á mi padre con pedorreras. Como con esas cosas le verá vuestra merced si vive, respondió el page Par Dios, términos lleva de caminar con papahigo, con solo dos meses que le dure el Gobierno.

Bien echaron de ver el Cura y el Bachiller que el page hablaba socarronamente; pero la fineza de los corales y el vestido de caza que Sancho enviaba lo deshacía todo…

Que ¿ todavía se afirma vuesa merced, señor mio, dixo el Bachiller, ser verdad esto del Gobierno de Sancho, y de que hay Duquesa en el mundo, que le envie presentes y le escriba? Porque nosotros, aunque tocamos los presentes y hemos leído las cartas, no lo creemos y pensamos que esta es una de las cosas de Don Quixote nuestro compatrioto, que todas piensa que son hechas por encantamiento…

Señores yo no sé mas de mi, respondió el page, sino que soy embaxador verdadero , que Sancho Panza es gobernador efectivo..

Bien podrá ser así; replicó el Bachiller pero dubitat Augustinus. Dude quien durare, respondió el page…y si no operibus crédite et non verbis: véngase alguno de vuesas mercedes conmigo, y verán con los ojos lo que no creen por los oidos..

.El Bachiller se ofreció de escribir las cartas á Teresa de la respuesta, pero ella no quiso que el Bachiller se metiese en sus cosas, que le tenía por algo burlon, y, así dió un bollo y dos huevos a un monacillo que sabía escribir, el qual le escribió dos cartas, una para su marido y otra para la duquesa, notadas de su mismo caletre…»

 4.-COMENTARIO.

El capítulo, como dice su título, comienza desvelando quienes fueron los que atacaron a la dueña Rodriguez y a Don Quijote; no fueron otras sino Altisidora y la duquesa que estuvieron escuchando tras la puerta la conversación mantenida por ambos. El ataque fue una reacción al oir la duquesa la información sobre los «desagues» de sus piernas y Altisidora el juicio que sobre ella y el tufillo de su boca, hizo la dueña.

La duquesa siguió con su propósito de continuar las burlas tal como aparece en los comienzos del capítulo, con Don Quijote y Sancho haciéndolas extensibles, en este caso, a la mujer de éste, llamada, en esta ocasión Teresa, enviándole un paje como se narra en el texto; en el mismo quedan subrayadas las expresiones oportunas:

Unas son invocaciones y exclamaciones religiosas de acción de gracias a DiosPues yo se las llevo tan buenas dixo el page que tiene que dar bien gracias a Dios por ellasy Dios sabe lo que será…» frase repetida varias veces, e indicativa que para Dios el futuro es ya presente. « De Dios en ayuso no os entendemos»: que sólo Dios os puede entender: De Dios para abajo no os entendemos.

Otras dejan entrever costumbres de la época, como el juicio que Teresa hace de las hidalgas del lugar: «que piensan que por ser hidalgas no las ha de tocar el viento, y van á la Iglesia con tanta fantasía como si fuesen las mismas Reynas que no parece que tienen á deshonra el mirar á una labradora.»

El papahigo era una prenda para el camino, que abrigaba la cabeza.

Quedaba muy ajustado a la cabeza y al cuello, dejando al descubierto tan sólo el rostro. También había papahígos cerrados totalmente con sólo dos agujeros o anteojos para poder ver.

El cura y el bachiller llevan hasta el extremo su incredulidad:» Porque nosotros, aunque tocamos los presentes y hemos leído las cartas, no lo creemos», más incrédulos que el apóstol Tomás, que en tocando y viendo terminó por creer.( Cf. Juan 20,24-28)

El bachiller con sus bachillerías, apostilla con una cita propia del comportamiento escolar.:»pero dubitat Augustinus.» a la que el paje contesta con otro latín, cita del evangelio: «operibus crédite et non verbis:»» si no creis mis palabras creed a las obras» ( Juan 10, 38).

Llama la atención que Teresa encargue al monaguillo la contestación de las cartas, no por el motivo que apunta el texto, sino porque éste supiera escribir algo no infrecuente para poder ayudar a misa respondiendo al sacerdote.

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